„Están seguros que basta una guía que habla español? Al final vienen de Brasil y normalmente hablan portugués.“ – „Sí, estamos seguros. Muchos del grupo hablan alemán incluso. “ – ? Vale, bueno. Después de un malentendido en relación con el punto de encuentro empezamos nuestro tiempo en la estación principal en dirección de la ciudad almacén y el nuevo barrio HafenCity. El grupo ya había hecho un tour de Hamburgo dos días antes, por eso había eligido puntos de interés especial: La ciudad almacén, la HafenCity, el museo de emigración (la Ballinstadt) y una zona para compras. Dicho, hecho. Nuestro chofer Werner lo hizo casi todo sólo. Yo solamente sentí a su lado, explicando en una mezcla de alemán, español y a veces francés lo que vimos. Sin embargo, el grupo y su líder me entendieron – por lo menos, era la afirmación general.
La cuidad almacén desde el siglo 19 estuvo especialmente bonita porque el sol se daba un momento de aparición y gracias a la marea baja también pudimos ver los pilotes de roble sobre cuales todo el complejo había sido construido más de 100 años atrás. Lo que vimos en la HafenCity al lado era un fuerte contraste: Edificios modernísimos en estilos completamente distintos, de diferentes materiales y para usos diferentes. Mientras que los almacenes antiguos desde la abulición del puerto franco de Hamburgo, ya no sirven (con alguna excepción) como almacenes sino como museos u oficinas, la HafenCity se desarrolla en un barrio completo con escuelas, viviendas y posibilidades de hacer sus compras y trabajar.
Pasando por el Cruise Terminal nos trasladamos al sur del río Elba donde pudimos visitar el museo de emigración, la Ballinstadt, con su exhibición histórica en los alojamientos originales de los emigrantes. Con una pequeña pausa en la parte sur del Antiguo Túnel del Elba para hacer fotos delante del panorama de Hamburgo y beber un vasito de vino espumoso pasamos por la „Köhlbrandbrücke“, la puente más alta de Hamburgo, y por el nuevo Túnel por debajo del Elba en dirección al centro. En el oeste de Hamburgo aprovechamos de un gran número de villas y otras casas muy lindas datando del siglo 18 y 19, así como el ayuntamiento de Altona, que antes era una estación de trenes para la ciudad entonces danesa.
Al mercado de pescado de St. Pauli y el instituto Bernhard-Nocht giramos a la izquierda para entrar al centro de Hamburgo, la Mönckebergstraße donde mis huéspedes compraron maletas para que puedan traer a Brasil todo lo que habían comprado ya. Durante todo el tiempo me extrañó que algunos del grupo hablaron alemán fluidamente. Pero qué lengua se debe hablar, viviendo en un lugar en Brasil que se llama „Blumental“!?!